Si queremos que nuestros hijos sean personas
solidarias mañana, debemos enseñarles ya a respetar y ayudar a los demás. Este
aprendizaje se hace, sobre todo, en casa. Aquí van algunas ideas para inculcar
valores solidarios a los niños en familia.
Los padres somos el referente más importante de
nuestros hijos. De poco valdrá que soltemos discursos a los niños sobre la
importancia de ser solidarios con los que tienen menos suerte, si con nuestros
actos les demostramos todo lo contrario.
Si en el
colegio nuestro hijo tiene un compañero procedente de otro país o cultura, debemos
favorecer el conocimiento y el respeto por sus costumbres, para que comprenda
que lo diferente solo es eso: diferente. Si nos cuenta que por esa diferencia e
objeto de burlas y le rechazan, podemos animarle a hacer lo contrario: que le
invite a casa y le conozca mejor.
- En lugar de esconder al niño realidades como la discapacidad o la deficiencia psíquica de otros niños, dejemos que las conozca. En la primera infancia los niños aceptan todo con naturalidad y son capaces de una gran empatía. Recordémosle las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad y los inconvenientes que les impone la vida en ciudades que no están preparadas para ellos.
- Preparar la comida o ayudar a algún familiar enfermo en los quehaceres domésticos mientras está impedido, y compartir esas tareas con el niño, le enseñará la importancia de la colaboración.
- Si el enfermo es un compañero de colegio, le puede ayudar con los deberes y mantenerle al día de lo que se enseña en clase. Y no todo ha de ser trabajo, también puede ir a jugar con él.
- Pasar tiempo con personas mayores hará que entienda la vejez como un proceso natural. Si mostramos ante nuestro hijo respeto por los ancianos y le explicamos cuántas cosas han vivido, es más probable que él les trate con respeto y cariño en el futuro.
Igual que enseñamos al niño a cuidar lo que es suyo,
podemos hacerle comprender con nuestro ejemplo que compartir lo nuestro, en
lugar de poner en duda esa propiedad, la ratifica. Así, presta, comparte o
regala porque quiere hacerlo, y no por ajustarse a un modelo marcado desde
fuera.
Por poco que veamos la tele en casa, los informativos
nos dan cuenta de desastres naturales, guerras, atentados… Es importante
hablar en casa de lo que sucede en el mundo, pero sin mortificar al niño
«ni echarle en cara, implícitamente, que es un privilegiado con respecto a esos
otros niños que ve en la televisión», advierte la psicóloga Isabel García
Mellado. Es mejor comentar con ellos esos aspectos y, en lugar de
adoctrinarlos, promover sus propias reflexiones.
Cualquier acción que el niño quiera emprender será más
positiva si parte de la propia convicción y no solo de la imitación de nuestro
discurso.
Las organizaciones de voluntariado no suelen aceptar
menores de 12 años, aunque hay excepciones. Si los padres formáis parte de una
ONG que hace actividades de voluntariado y os lleváis a
vuestros hijos a estas actividades, estaréis compartiendo un tiempo precioso
con los niños y transmitiéndoles vuestros valores a través del
ejemplo.
A menudo enseñamos –sin desearlo– que la solidaridad
pasa por colaborar con una causa justa pero lejana, «casi como si quisiéramos
acercar al niño a una problemática real, pero al mismo tiempo decirle que todo
eso queda muy lejos de él», explica la psicóloga.
¿Aún no formas parte de ninguna ONG? Puedes buscar
la que más se adapte a vuestros intereses en la web de la Coordinadora ONG
para el Desarrollo España ( www.congde.org) o en la Guía de Ongs ( www.guiaongs.org).
Algunas ONG tienen programas específicos para niños.
- YMCA, por ejemplo, desarrolla programas para niños de 9 a 15 años. Su objetivo es el entendimiento entre los pueblos y contribuir a crear una sociedad basada en la justicia y la paz. Está presente en más de 125 países. Más información: www.ymca.org
- La ONG “El desierto de los niños” organiza viajes a Marruecos en los que niños españoles forman parte de un convoy que lleva material escolar, tizas, balones etc. a niños de ese país y conviven con ellos. Más información: www.raidaventura4x4.com
¿Cuántos juguetes tenéis en casa que ya no utilizan
los niños? En lugar de tirarlos a la basura podéis donarlos. Es importante
implicar al niño en la donación
de juguetes:
seleccionad juntos los juegos que vais a dar a otros niños y preparadlos entre toda la familia. Probablemente
habrá que limpiarlos, hacerles algún arreglillo, empaquetarlos y llevarlos a
algún lugar. Si le animamos a colaborar con una campaña
solidaria,
es importante fijar el concepto de que no da lo que no le sirve, sino lo que
puede dar. «No se trata solo de vaciar el cajón de juguetes que ya no usa para
hacerlos llegar a niños que no los tienen, sino de asimilar que está
compartiendo, y disfrutar de ello», advierte la psicóloga Isabel García
Mellado.
Hay muchas asociaciones y ONG que recogen juguetes,
normalmente antes de Navidad.
- La Fundación Crecer Jugando, que defiende el derecho de los niños a jugar, organiza cada año la campaña “ Un juguete, una ilusión”.
- La cadena de jugueterías Imaginarium tiene la campaña " Niños solidarios". La idea es hacer llegar, dentro de cajas de zapatos, regalos hechos por los niños, con sus familias y en el cole, a niños necesitados de entre 0 y 10 años de todo el mundo que viven en situaciones difíciles, orfanatos, hospitales, hogares de acogida y zonas en conflicto.
- UNICEF tiene el Regalo Azul para bodas, comuniones y bautizos: en lugar de regalar un detallito a los invitados, haces una aportación de suministros (vacunas, comida, material didáctico) a UNICEF. Los invitados reciben una tarjeta o una e-card que se lo cuenta.
Si decidís apadrinar
a un niño,
implicad a vuestro hijo desde el primer momento en el proceso.Explícale a tu
hijo en qué consiste apadrinar un niño y por qué lo hacéis (puedes
enseñarle fotos, buscar información en internet sobre el país con él o
inventarte una pequeña historia sobre las necesidades que existen en el país de
origen de ese niño y para qué sirve la ayuda que enviáis). Si el niño
apadrinado os escribe, pon su foto en un lugar destacado de la casa y anima a
tu hijo a escribirle también o hacerle un dibujo. Si tu hijo quiere aportar una
parte de su paga, mejor que mejor.
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